Desapegarse.

En ocaciones mi mente se desordena un poco… todo es caos, todo está enredado y, por más que lo intente no logro encontrar la punta para comenzar a desenmarañarla. ¿Qué hacer entonces? ¿quejarse …? Suena mejor desahogarse. Más pacífico, menos negativo y con una energía sanadora.

Desahogarse y soltar. El pasado, los recuerdos y los sentimientos que trae. Respirar y hacer algo con lo que no se puede cambiar. Sentirse libre de darle un significado malo, sin culpa. Ahora, que el presente sea bueno y pleno, porque en nuestras propias manos está cultivar un jardín interno que se vea reflejado en nuestra propia energía.

Que lindo pensarlo.

Desapegarse de la propia mente, de los pensamientos, de las ansiedades e inseguridades. Fluir y confiar… con un plan.

Ahora, a lavarse la cara y, que junto al agua, se vaya todo lo que quiero soltar.

“Me gusta el viento. No sé por qué, pero cuando camino contra el viento parece que me borra cosas. Quiero decir: cosas que quiero borrar” (Mario Benedetti).

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