Estos últimos días he estado más tensa… me duele la espalda muy seguido, me pongo a comer impulsivamente y no tengo ganas de hacer nada. He estado con la sensibilidad en la superficie… y a veces me pasa. Lloro y lloro sin razón… o con una razón escondida.
Cuando estoy así me cuesta comprenderme. Todo es irracional y muy negativo. Y claro, luego de eso viene la culpa de la negatividad… es triste, es doloroso y, cuando todo ya pasa, lo veo irracional. Me gustaría saber que hacer, como gestionarme.
Todo se sale de control, mi ansiedad sube a las nubes y no sé cómo redirigir esta emoción… vivirla ya está siendo muy desgastante. Es que me pongo a llorar y sí, esta bien… excepto que luego llevo tres horas llorando y ya no queda ánimo para nada. En esos momentos me gustaría desconectar mi mente.
No pensar más… no preocuparme, ni angustiarme o llorar… porque agota y mucho. Antes, cuando tenía más obligaciones como la universidad, llamaba a eso «modo automático», donde concientemente ignoraba mis emociones y me centraba en el aprendizaje por memoria, por obligación. Sin ser feliz, sin pensar en nada más. Luego vendría el tiempo de llorar y preocuparme nuevamente de mi vida.
Pésima manera… ahora ya no tengo obligaciones. Sólo estoy yo y mi mente… entonces me veo angustiada y preocupada. Modo automático ya no sirve.
Esa practica sólo me dañó.
Luego recuerdo este blog, recuerdo mi diario y mis notas del celular. Lugares que siempre acompañaron mis pensamientos. Entonces escribo y sano un poco.
Debo recordar escribir más a menudo… aunque sean dos lineas, dos palabras o sólo la fecha. Cuando vuelva a mirar el cuaderno sabré… recordaré que, por lo menos, intenté sanar un poco ese día.